Ventajas de la custodia compartida
Ventajas
- Para los padres
- Prevención al Síndrome de alienación parental (SAP). Según Richard A. Gardner,
el SAP es un proceso que consiste en programar un hijo para que odie a
uno de sus padres sin que tenga justificación. Cuando el síndrome es
presente, el hijo da su propia contribución en la campaña de denigración
del padre alienado. Al mantener ambos padres el continuo contacto con
el niño, es mucho más difícil que este síndrome se desarrolle. Dentro de
la comunidad académica el SAP carece de consenso científico por no
reunir los criterios metodológicos científicos necesarios para ser
aceptado y por eso se lo considera pseudocientífico. Ha sido rechazado
como entidad clínica por las dos instituciones más reconocidas en el
mundo en términos de salud y trastornos mentales: la Organización
Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología. Es por eso
que no aparece ni en el CIE-10 (OMS) ni en el DSM-IV, este último
publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
- Ambos padres se mantienen guardadores, es decir, ambos continúan
criando activamente. Ninguno de los dos queda marginado, ni alejado de
los hijos4 .
- Calificación en la aptitud de cada uno de ellos. La idoneidad de
cada uno no es discutida, es reconocida y útil en el ejercicio de su rol
como progenitor
- Equiparación de los padres en cuanto al tiempo libre para la
organización de su vida personal y profesional. No queda sólo uno de
ellos con toda la carga de la crianza, alienado y sin tiempo para otras
cosas.
- Compartir lo atinente a gastos de manutención del hijo. Ningún
progenitor que practica este sistema se ha desentendido de los hijos. El
hacerse cargo activamente, conciencia a cada padre acerca de las
necesidades de los niños
- Mayor cooperación. Es indudable que este sistema fomenta el entrelazado de acuerdos de cooperación entre los padres en beneficio de los hijos
- Para los hijos
- Cordialidad entre los padres. Si la asistencia por defecto es custodia compartida, hay tendencia al acuerdo. Se evitan guerras judiciales por la custodia que, por el contrario, se producen allá donde se penaliza quitando la custodia al progenitor que no pugne por quitársela al otro5 .
- Adaptación
a dos casas. Cada casa tiene sus hábitos, sus reglas, sus horarios. Los
niños aprenden a adaptarse a dos formas distintas de encarar la vida, a
costumbres disímiles, a normas de educación diferentes y evitan
posibles tendencias a errores educativos que se compensan con la
educación complementaria por el otro progenitor.
- Convivencia igualitaria con cada uno de los padres. No hay padres
periféricos. Los hijos sienten que no han perdido a ninguno de los dos y
beneficia su autoestima el observar los esfuerzos de sus progenitores para estar cerca de ellos
- Inclusión en el nuevo grupo familiar de cada uno de
sus padres. Los niños se sienten parte integrante de cada nueva
familia, enriqueciéndose muchas veces con las presencias de nuevos
cónyuges y nuevos hermanos.
- Mayor comunicación.
La misma dinámica de este sistema fomenta una mejor comunicación
paterno o materno-filial, incluso mejor aún que los hijos provenientes
de familias intactas.
- Menos problemas de lealtades. La cooperación derivada de compartir
la custodia entre padres, elimina o reduce los cambiantes compromisos de
lealtad de los hijos hacia cada padre que provoca la custodia monoparental.
- Buen modelo de roles parentales. Los niños aprenden a ser
solidarios, a compartir, a resolver los problemas mediante acuerdos en
vez de litigios, a respetarse entre géneros.
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